La preocupante situación de las economías regionales volvió a mostrar su rostro en la provincia de Río Negro, donde los productores de peras estiman una pérdida de 240 millones de dólares para la cosecha que terminó, y no ven soluciones en el horizonte.

Mientras se preparan nuevas protestas para esta semana, la foto de personas en situación de calle recogiendo producción tirada frente a los despachos oficiales se convierte lentamente en una costumbre.

El precio del kilo de peras, en cualquier verdulería de Buenos Aires, supera los 30 pesos (se consigue hasta por $38), pero los productores reciben apenas poco más de $3.

La crisis del sector, que no es para nada nueva, se manifestó con una merma del 16,92% en la producción de frutas, esencialmente peras y manzanas. Como muestra de su profundidad, cabe recordar que Expofruit, una de las principales empaquetadoras y exportadoras de la región, cerró sus principales plantas a fines del año pasado.

Este mismo mes, en tanto, la tradicional Moño Azul confirmó que su establecimiento de General Roca ya no tendrá actividad, mientras se define el futuro de sus otras instalaciones en Villa Regina, Centenario y Vista Alegre Norte.

Con el cierre de esas dos plantas, las cesantías alcanzaron a diciembre de 2016 a unas 1.080 personas en el sector frutícola del Alto Valle rionegrino, donde las empaquetadoras dicen que trabajan sin rentabilidad.

No hay plan
El diario Río Negro realizó un detallado informe, del cual se desprende que la totalidad de la cadena de pago comercial está destruida, y el nivel de endeudamiento tanto con el gobierno como con entidades privadas es insostenible.

Los empresarios destacan que muchos envíos al exterior (especialmente Rusia y Brasil) terminaron generando pérdidas por el precio en dólares de las operaciones, y los altos costos e impuestos locales.

Por eso, el pasado jueves hubo un encuentro de funcionarios de Río Negro y Neuquén con representantes del Ministerio de Agroindustria nacional. Allí se confirmó lo que muchos temían: el gobierno sólo retomará la asistencia vía subsidios si se presenta desde las provincias un acuerdo del sector, similar al petrolero, donde empresarios y productores ceden para recibir ese impulso. Ese plan hoy brilla por su ausencia.