Por Florencia Golender
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Cada vez es más común encontrarse a los agentes de tránsito en la ciudad de Buenos Aires, a pie con su anotador o en moto con la cámara adosada al casco, multando a vehículos y conductores en infracción. Para mitad del año pasado ya registraban 40.000 contravenciones por mes y más de la mitad eran por mal estacionamiento.

Esta semana el gobierno porteño actualizó los valores de las multas un 8%, por lo que dejar el auto en el lugar incorrecto ya puede costar casi $2.000 al infractor.

Mientras el tránsito en la ciudad sigue siendo un caos y las medidas para desalentar el uso del automóvil no se compensan con una oferta de transporte público eficiente, el gobierno porteño actualizó el último jueves de $9,65 a $10,40 el valor de la Unidad Fija (UF), el parámetro que se utiliza para calcular el precio de las sanciones.

Así lo habilita la ley sancionada por la Legislatura porteña en 2013 que establece que la UF equivale al costo de medio litro de nafta premium, un insumo que aumentó 8% a principios de enero y ahora impacta en el tarifario de multas de la ciudad, al igual que ocurre con tantos otros rubros que se encarecen empujados por el precio del combustible.

Por ejemplo, las infracciones que se sancionan con 100 UF, como mal estacionamiento o no haber realizado la verificación técnica vehicular (VTV), se incrementaron de 965 a 1.040 pesos.

Te lo llevó la grúa
Casi toda la zona céntrica de la Capital Federal está a merced de la empresas SEC (zona sur) y STO (zona norte) que se dedican al acarreo de autos mal estacionados. Ese servicio al ciudadano debe ser abonado en caja en el momento de retirar el vehículo y hoy tiene un valor de $750. Con la actualización del precio de esa infracción a $1.040 y teniendo en cuenta que, en general, para ir a retirar el vehículo acarreado hay que pagar un transporte público o, si es de noche, un taxi, es coherente afirmar que dejar el auto en el lugar equivocado le puede costar al infractor al menos $2.000.

La situación empeora si el conductor se retrasa en retirar su auto, ya que posteriormente al acarreo, ambas empresas están habilitadas a cobrar $130 por cada 12 horas de estadía en su playa de estacionamiento. Vale recordar, que la ficha de parquímetro pasó a costar el doble tres meses atrás, y hoy se paga $8 la hora.

Según se informó por entonces, unos 4.000 lugares están tarifados con parquímetros en los barrios de Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat, Constitución, Recoleta, Balvanera, San Cristóbal y Palermo.

A futuro, el proyecto del Ejecutivo porteño, a cargo de Horacio Rodríguez Larreta, es que el 40% de la ciudad esté cubierto con estacionamiento medido, lo que equivale a parquimetrar unas 7.800 cuadras. En ese marco, en septiembre de 2016 el Gobierno de la Ciudad abrió una nueva convocatoria para el Cuerpo de Agentes de Tránsito que ya cuenta con 1.500 uniformados. Es para postulantes de ambos sexos, de 21 a 40 años, con secundario completo.

Mala combinación
Otra de las más comunes y con tendencia creciente es la multa por manipular un teléfono celular mientras se conduce el auto. De acuerdo con un informe de la Dirección General de Infracciones y de la Subsecretaría de Transporte, en 2016 los agentes de tránsito labraron 71.634 actas por esta infracción, a razón de 196 por día. Mientras que en el año anterior fueron 62.350, un 15% menos.

Mientras se maneja, enviar un mensaje de texto es aún más grave que atender el celular y por eso la multa cuesta el doble. Al respecto, un estudio del Centro de Experimentación y Seguridad Vial estableció que el tiempo de reacción habitual en conductores concentrados es de entre uno y dos segundos, pero si además de manejar, envían, leen o escriben mensajes, ese lapso crece a tres y cuatro segundos.

Junto a la actualización del precio de la UF, el Gobierno de la Ciudad decidió extender a partir de este año, el plazo de prescripción de las multas. Lo subió de dos a cinco años y lo equiparó con el tiempo de vigencia que tienen las licencias de conducir. La intención es evitar que se especule con que las sanciones por infracciones de tránsito se venzan antes de renovar el registro. Por donde se lo mire, pagar hay que pagar, y cada vez más.