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11 de agosto de 2021

"Araca París", "araca" Argentina, Messi ya "no es" Barcelona

El crack rosarino será desde este 11 de agosto de 2021 jugador del multiestelar PSG, rodeado de los lujos que concibe este club administrado por poderosos capitales qataríes pero muy alejado también de sus raíces argentinas y con la atención puesta en la próxima fecha de eliminatorias.

Messi, nuevo jugador del PSG. (Foto: IG).Messi, nuevo jugador del PSG. (Foto: IG).

Lionel

Messi ya no es más un sinónimo de Barcelona, porque desde este 11 de agosto de 2021 será oficialmente nuevo jugador del multiestelar París Saint Germain (PSG)

, rodeado de los lujos que concibe este club administrado por poderosos capitales qataríes pero muy alejado también de sus raíces argentinas, tal como evocara Carlos Gardel en un tango inolvidable de principios del siglo pasado.

"Araca París", aquel título de Carlos Lenzi que entonara como nadie el "Zorzal Criollo" fue creado en el año '30, casualmente el mismo número de camiseta que lucirá "el Gardel" del fútbol en el PSG, hablaba de una aventura parisina fallida en un tango hecho por y para su emblemático intérprete.

"Araca", en lunfardo "cuidado", era una amplia advertencia para una capital francesa que iba a recibir a quien "piantó" de Puente Alsina para Montmartre y a quien vaticinaba un futuro pleno de éxitos "porque con tres cortes (en este caso no de tango sino de fútbol) sos millonario. Morocho y argentino, rey de París".

Y de esas tres últimas referencias, la última es la que más inquieta por estos lados del Plata, porque "Lío" es el gran capitán de una selección nacional que tiene sueños mundialistas para dentro de poco más de un año, pero antes, en 20 días estará jugándose una parada brava en pos de ellos.

Es que "mañana" nomás, el dos de septiembre estará visitando a Venezuela, por la novena fecha de Eliminatorias Sudamericanas, pero apenas tres días después será nuevamente visitante nada menos que del líder aunque reciente derrotado en la final de la Copa América, Brasil, en el Arena Corinthians, de San Pablo, por el cotejo pendiente de la sexta jornada que debió jugarse en marzo pasado.

Esa ventana de septiembre se cerrará de local el 9 del mes próximo ante Bolivia por la décima fecha, pero el desgaste físico y mental de estos días para Messi, que no juega (ni entrena) justamente desde aquella final ante los brasileños en el estadio Maracaná del 10 de julio, hace exactamente un mes, abre el primer "araca" para los argentinos.

La selección estará visitando a Venezuela, por la novena fecha de Eliminatorias Sudamericanas (Foto: AFP)La selección estará visitando a Venezuela, por la novena fecha de Eliminatorias Sudamericanas (Foto: AFP)

El entrenador nacional, Lionel Scaloni, dará a conocer la lista de convocados para esos encuentros el próximo fin de semana y en ella estarán sus "nuevos compañeros", Ángel Di María y Leandro Paredes, ya acostumbrados a los vaivenes de la Ciudad Luz y menos "aquerenciados" a algún club, muy alejados de los sentimientos de Messi y familia.

Y aquí surge el segundo "araca", que pasa no solamente por la adaptación de Messi a su nueva vida, que en lo futbolístico estrictamente dicho seguramente no tendría problemas y hasta podría reencontrarlo con su también deseada "Orejona", sino a la de su esposa Antonela y sus tres pequeños hijos, lo que como un "boomerang" sí podría volverse en contra de su rendimiento.

Es que pese a la hora y media de vuelo que apenas separa a París de Barcelona, la nostalgia es un rival mucho más pesado que el mejor que se le plante al PSG en un campo de juego, y ya Thiago, Ciro y Mateo le imploraron entre lágrimas a sus padres no abandonar el único hogar que los cobijó en sus cortas vidas de "catalanes argentinos", como los identificó "Lío" el pasado domingo en su dolorosa despedida de la ciudad condal.

El desgaste físico y mental de estos días para Messi, que no juega (ni entrena) justamente desde aquella final ante los brasileños en el estadio Maracaná del 10 de julio, hace exactamente un mes, abre el primer "araca" para los argentinos



Y si esos dos años de la inédita más que nueva vida que la familia Messi transitará en París y que por contexto e idiosincracia será muy distinta a la que disfrutaban hasta ayer nomás en el barrio Bellamar, de Castelldefels, a la vera del Mediterráneo, hará que deseen que pasen cuanto antes, entonces Messi dejará de disfrutar el fútbol y, como antes, cuando hasta algunos lo cuestionaban, Argentina volverá a sufrir.

Por eso la ilusión acrecentada por la obtención de la Copa América necesita que él vuelva a ser algo que se vio ese sábado 10 de julio en Río de Janeiro y en su vida de 21 años desde que llegó a Barcelona: feliz. Pero para ello es fundamental que también lo sea su familia, porque sin una cosa, como es "Lío", no alcanza con las otras cosas. El fútbol entre ellas. Ni más ni menos.

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