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26 de octubre de 2020

Galíndez ganó mil batallas y cayó en una carrera de autos

El 26 de octubre de 1980, Víctor Galíndez perdía la vida al ser atropellado al costado del circuito en una carrera de TC, cuando participaba como copiloto y había abandonado por la rotura de la caja de cambios.


Lo que un rato antes no pudo lograr Kates cuando tuvo a su merced a Galíndez, lo provocó la muerte de su gran amigo Oscar Natalio Bonavena. El gladiador de Vedia, la fiera que domaba rivales, se desplomó con un llanto desconsolado.

El crédito de Vedia ingresó al salón de la fama en 2002, como lo hicieron antes Carlos Monzón (90), Pascual Pérez (95) y después el "Intocable" Nicolino Locche (2003).

Galíndez protagonizó en su carrera como profesional 67 peleas, de las cuales ganó 52, 34 por KO, y perdió nueve.

¿Qué hacía el exmonarca en una competencia de TC?, se preguntó el mundo del boxeo, desconociendo que Galíndez tenía otra gran pasión, además de demoler rivales en un ring, y era el automovilismo.

Pensaba conducir un bólido de la popular categoría, pero antes tenía que hacer sus primeros palotes en esa actividad. Entonces, aceptó el convite del misionero de Oberá, Antonio "Nito" Lizeviche, para acompañarlo en la butaca derecha de su coupé Chevrolet.

Ese fue el trato entre Lizeviche y Galíndez, y tras postergarse la Vuelta de 25 de Mayo para el 26 de octubre, el expúgil se probó un buzo antiflama de "Nito", consiguió un casco, unas botitas parecidas a las de sus épicos combates y partió hacia el semipermanente.

La Chevy número 19 de Lizeviche, que tenía la motorización de los "próceres" de la mecánica, Omar Wilke y Jorge Pedersoli, le daba seguridad, y antes de la final Nito dijo: "Ojalá que el auto no se rompa porque Víctor se merece que el auto responda, y hoy será un día inolvidable en su vida".

Largaron la final, y a 6.5 kilómetros la caja de velocidades se rompió, y tanto Lizeviche como Galíndez decidieron ir caminando por la banquina a los boxes, y no aceptaron que Miguel Atauri, que había abandonado, los llevara, y tampoco aceptaron la invitación del público a comer un asadito, como era el ritual en las carreras de ruta.

A las 13.25, el Falcon de Marcial Feijoó entró en trompo, al intentar pasar a otro auto, y con la cola golpeó fuertemente a Lizeviche y Galíndez, quienes murieron en el acto. La tragedia dominó la soleada mañana de 25 de Mayo, y poco importó el triunfo del moronense Oscar Aventín.

A modo de síntesis, el prestigioso periodista, Ernesto Cherquis Bialo, conocedor como pocos de boxeo y de Víctor Galíndez, lo definió: "Era una criatura que supo noquear a los más feroces adversarios, sin tener el reconocimiento popular que merecía".

"Sobre el ring fue un campeón excepcional, pero debajo tomó siempre decisiones equivocadas, y la última le costó la vida". Su desenlace en la vida lleva a la misma reflexión que el propio Galíndez hizo cuando se enteró de la muerte de Bonavena: "qué estúpido morir así".

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