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7 de junio de 2020

"Me encantaría que Mangeri me diga qué fue lo que le pasó", dijo la madre de Ángeles Rawson

Jimena Aduriz, la madre de la adolescente que hace siete años fue estrangulada durante un ataque sexual y desechada a la basura en Palermo, aseguró que espera que algún día el femicida reconozca la autoría del crimen y que cumpla en prisión toda su condena.


Jimena Aduriz, la madre de Ángeles Rawson, la adolescente que hace siete años fue estrangulada durante un ataque sexual y desechada a la basura en el barrio porteño de Palermo, aseguró que espera que algún día el femicida Jorge Néstor Mangeri reconozca la autoría del crimen y que si bien tiene "una mirada de perdón", pretende que el asesino de su hija cumpla en prisión toda su condena.

En una entrevista con Télam realizada por videoconferencia, Aduriz repasó todo lo que vivió a lo largo de estos siete años, recordó el daño que causaron en su familia el sistema judicial y los medios, y se refirió al portero Mangeri, quien por el femicidio de su hija cumple en el penal de Ezeiza una pena de prisión perpetua confirmada por la Corte Suprema.

"Me encantaría, no sé si es una ilusión o no, que Mangeri reconociera lo que hizo porque eso lo dignificaría como ser humano. Sería para mí una actitud muy reparadora que me diga qué fue lo que pasó", dijo Aduriz.

Me encantaría, no sé si es una ilusión o no, que Mangeri reconociera lo que hizo porque eso lo dignificaría como ser humano

Jimena Aduriz

La mamá de la adolescente de 16 años asesinada el 10 de junio de 2013 aseguró que si bien sabe que el ex encargado de Ravignani 2360 "sigue negando que él fue el asesino", ella no pierde "la esperanza" de que "algún día pueda arrepentirse".

"Hay momentos –continuó-, en los que me enojo mucho, sobre todo cuando es el cumpleaños de él (el 1 de enero), ahí se me cruzan todos los cables. Pero trato de tener una mirada de perdón. Lo dije desde un inicio, pero fue lo que la gente no entendió y tomó mal".

La madre de Ángeles aclaró que si bien es una persona que "no se engancha con el odio y el rencor", espera que Mangeri cumpla toda su condena y, al respecto, pidió "ni un día menos de cárcel".

Con la prisión perpetua, el femicida que ahora tiene 52 años, recién podrá salir de prisión en 2048, cuando tenga 80 y tras pasar 35 años encarcelado.

Aduriz recordó la "experiencia espantosa" que vivió durante los primeros meses de la causa, no sólo por la mediatización del caso, sino también por la "revictimización" que padeció la familia por parte de algunos actores del Poder Judicial con quienes sigue enojada a pesar de su capacidad de perdón y de que "se llegó a la verdad".

"Se suponía que los que me tenían que proteger de este personaje que mató a mi hija, casi me hicieron tanto daño como él. Lo que nos hicieron fue destructivo. Me mató gente. Me mató a mi suegra, me mató a mi hermano, me dejaron sin trabajo, mis hijos terminaron dispersos y a mi marido le destrozaron la vida", dijo en referencia a Sergio Opatowski, el padrastro de Ángeles que para los investigadores era un sospechoso, antes de que Mangeri se autoincriminara en la fiscalía de Paula Asaro.

De todos los fallidos judiciales que se cometieron, para Aduriz la errónea primera autopsia que decía que Ángeles había muerto compactada por el camión de basura, que no había detectado el intento de abuso ni la estrangulación y que motivó la exhumación y una reautopsia, "fue lo más traumático".

"Esos tres días que estuvo fuera de su tumba para mí fueron desquiciantes. Yo la había enterrado en un cajón que le había elegido y le habíamos puesto cartitas, sus cositas y fotitos y después la enterré en un cajón de pino, en un plástico y con una faja, como si fuera una fosa común", dijo, aunque admitió que "si no se hacía, Mangeri quedaba preso sólo por homicidio simple", un delito con una pena menor.

Aduriz se refirió al giro que tuvo su vida a partir del asesinato de su hija y a su actual rol como referente entre familiares de víctimas de delitos y en la lucha contra la violencia de género.

"La muerte de un hijo se resignifica. Es el único duelo que nunca pierde vigencia. Se cumplen siete años de la muerte de 'Mumi' y para mí es como si se hubiera muerto hace cinco minutos. Es un dolor muy cruel con el que tenés que convivir y para poder sobrevivir le tenés que encontrar un sentido", comentó.

Al respecto, contó que ella se dio cuenta que podía ser útil en "concientizar sobre la violencia de género" y en ayudar a otros que pasan por lo mismo que padeció ella, razón por la cual junto a otros familiares de víctimas realizaron en 2016 la marcha "Para que no te pase", punto de inicio para que en 2017 se sancionara la "Ley de Víctimas".


A raíz de las restricciones y la cuarentena decretada por la pandemia del coronavirus, Aduriz explicó que este séptimo aniversario de la muerte de su hija será distinto, ya que no podrá hacer el homenaje y la misa que realiza todos los años -algo que reprogramó para el 23 de octubre, día del cumpleaños de 'Mumi'-, aunque intentará tramitar un permiso para que la dejen visitar la tumba de su hija en un cementerio de Pilar.

Al hablar sobre Ángeles, quien ahora tendría 23 años, contó que iba a estudiar psiquiatría, que le encantaba la música y el "cosplay" (juego de rol con personajes de animé), y que a pesar de ser "dulce, amorosa y una lady", tenía "mucho carácter" y "arriba los debe tener a trote a todos, especialmente a Dios".

"Tengo la certeza de que me voy a reencontrar con ella el día que yo parta, el tema es el mientras tanto. Lo que más extraño son los cuatro o cinco mensajes que me mandaba por día. Me escribía 'mami, dónde estás, a dónde fuiste' y yo me moría de amor. Era lo más", recordó con una sonrisa.

C�mo fue el crimen

Angeles "Mumi" Rawson fue asesinada el 10 de junio de 2013 en su edificio del barrio porteño de Palermo y su cadáver apareció al día siguiente en la planta de tratamiento de residuos de la Ceamse en la localidad bonaerense de José León Suárez, en uno de los femicidios con mayor repercusión de la historia criminal argentina y en el que el portero Jorge Néstor Mangeri (52) terminó condenado a prisión perpetua.

En el juicio realizado en 2015, se dio por acreditado que aquel día a las 9.50 –horario en el que quedó grabada por una cámara de la cuadra-, Angeles (16) regresaba de su clase de gimnasia, llegó al edificio de Ravignani 2360, en Palermo, pero no entró a su departamento de la PB "A" porque se topó en el hall con el ahora condenado.

Para la Justicia, con algún engaño, el portero llevó a Ángeles a un sitio del edificio -para la fiscalía fue el sótano y para la querella la portería del octavo piso-, y allí inició un ataque sexual no consumado que, por la resistencia de la víctima, terminó en el homicidio.

Una junta médica concluyó que Ángeles murió estrangulada y sofocada en no más de cinco minutos y que su asesino le fracturó cinco costillas, la clavícula derecha y una vértebra.

Si bien la chica no llegó a ser violada, la víctima tenía en una de sus rodillas, en la ingle y en la cara interna de los muslos, lesiones paragenitales que probaron que Ángeles padeció un abuso sexual.

Según la sentencia, Mangeri ató y acondicionó el cadáver de la adolescente dentro de bolsas de residuos para luego desecharlo en algún contenedor de basura, razón por la que al día siguiente fue hallado en la Ceamse de José León Suárez.

Si bien al inicio se sospechó de algún asesino que la interceptó en la calle, luego de la aparición del video que probaba que había llegado a la casa, la mira se posó sobre el entorno familiar de la víctima, en especial, sobre su padrastro, Sergio Opatowski, hasta que la noche del viernes 14 de junio, Mangeri fue llevado a la fiscalía para una declaración testimonial y allí se autoincriminó cuando le dijo a la fiscal María Paula Asaro: "Soy el responsable de lo de Ravignani 2360".

Esa confesión no tuvo valor legal, pero la evidencia clave contra Mangeri fue el cotejo de ADN que determinó que debajo de la uña del dedo índice de la mano derecha de Ángeles se halló el perfil genético del portero, lo que probó que la chica rasguñó a su asesino en un intento de defensa.

Además, el encargado tenía 34 lesiones de las cuales más de 20 eran arañazos que habían sido enmascarados con quemaduras.

El 15 de julio de 2015, el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 9 condenó a Mangeri a prisión perpetua como autor de los delitos de "femicidio en concurso ideal con abuso sexual y homicidio agravado criminis causae".

Ni Una Menos

"El 'Ni una menos' hace cinco años fue una cosa espectacular. No somos conscientes de lo que fue. Con los años nos vamos a dar cuenta del momento histórico que vivimos. Yo estuve ese día en la plaza, fue justo en el medio del juicio de la gorda, y fue impresionante", recordó Aduriz en diálogo con Télam.

La madre de Ángeles sostuvo que en materia de violencia machista "aún hay que educar mucho, porque el 84 por ciento de los femicidios se da en el ámbito intrafamiliar y ese porcentaje de mujeres son salvables si pudieran correrse del círculo de la violencia".

"Por eso –siguió-, hay que hacer mucha docencia con el tema de cuáles son los síntomas de una relación violenta y de cuándo empieza para que las mujeres puedan correrse de eso".

"Es un cambio de paradigma muy grande, pero creo que estamos avanzando muchísimo. Recién estamos en la etapa de la concientización y la visibilización de lo que es la sociedad patriarcal, de lo que son los micromachismos. Por lo menos lo estamos viendo y yo noto que los varones han cambiado su mirada y que las nuevas generaciones ya están con otras cabeza", agregó la madre de la adolescente de 16 años que en 2013 fue víctima de un femicidio.

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