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25 de mayo de 2020

Johnson busca retomar la iniciativa ante la pandemia, complicado por el asesor que violó cuarentena

El primer ministro pensaba anunciar más flexibilizaciones para la cuarentena pero debió salir a enfrentar el revuelo por que uno de sus asesores más influyentes no cumplió con las restricciones.


Los planes del primer ministro británico, Boris Johnson, de anunciar nuevas relajaciones a la cuarentena por coronavirus se veían eclipsados hoy por el revuelo causado por un influyente asesor que violó las restricciones que rigen en ese país para combatir el avance de la enfermedad.

El conservador Johnson defendió a su asesor estrella Dominic Cummings, quien viajó en auto más de 400 kilómetros desde su casa de Londres a la de sus padres en la norteña localidad inglesa de Durham mientras estaba infectado de coronavirus, a fines de marzo.

El premier dijo que Cummings "siguió los instintos de cualquier padre" al buscar que sus padres cuidaran de su hijo de 4 años ya que su esposa también se había contagiado de coronavirus en ese momento.

Pero muchos británicos vieron el viaje, revelado por la prensa el fin de semana, como una clara violación a las órdenes del gobierno de "quedarse en casa", adoptada el 23 de marzo.

En medio de gritos de hipócrita, Cummings fue abucheado ayer a su regreso a su casa de Londres tras pasar el día en la residencia oficial de Johnson.

Stephen Reicher, un psicólogo social que integra un grupo que asesora al gobierno británico, dijo que "más personas van a morir" porque el episodio de Cummings socavará la observancia general de la población a las reglas de la cuarentena.

Varios dignatarios de la Iglesia de Inglaterra se sumaron a las críticas.

El obispo de Leeds, Nick Baines, dijo que la gente "fue engañada, tomada de tonta", informó BBC.

“A menos que veamos muy rápidamente un claro arrepentimiento, incluyendo la destitución de Cummings, ya no sé cómo confiar en los pedidos de los ministros para que la Iglesia de Inglaterra colabore con ellos en esta pandemia", tuiteó por su parte el obispo de Manchester, David Walker.

Un político no convencional que suele desdeñar a la prensa, Cummings fue clave para la llegada de Johnson al poder.

Fue uno de los arquitectos de la exitosa campaña para sacar al Reino Unido de la unión Europea (UE) y, con el Brexit bajo el brazo, orquestó la victoria aplastante de Johnson en las elecciones de diciembre pasado.

A cinco meses de ese triunfo, el gobierno de Johnson enfrenta todo tipo de críticas por el manejo de la crisis de coronavirus, que ha golpeado al Reino Unido más que a cualquier otro país de Europa.

El Reino Unido es el país con más muertos, 36.793, detrás de Estados Unidos.

El coronavirus infectó a varios funcionarios de primera línea británicos, incluyendo a Cummings, al ministro de Salud, Matt Hancock, y al propio Johnson, quien pasó varios días en terapia intensiva en un hospital de Londres el mes pasado.

El Reino Unido está levantando su cuarentena de manera gradual, permitiendo que más personas salgan de sus casas y autorizando la reapertura de más comercios.

Pero mientras Johnson reúne hoy a su gabinete para discutir planes para reabrir las escuelas y más comercios desde el 1 de junio, el escándalo de Cummings no da señales de remisión.

En un mal signo para Johnson, un número creciente de legisladores de su Partido Conservador se sumaron a la oposición y criticaron a Cummings.

"Es el clásico caso de 'haz lo que digo, no lo que hago'. A mí me parece completamente indefendible, y su posición enteramente insostenible", dijo el diputado conservador Paul Maynard.

El diario conservador Daily Mail, que apoya a Johnson, se preguntó "en qué plantea están", en un titular sobre Cummings y el primer ministro.

En un editorial en su portada, el periódico escribió: "Por el bien del gobierno y la nación, el señor Cummings debe renunciar. O el primer ministro debe echarlo. Sin peros".





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