Por Florencia Bombini 

@florbombini 

La internación y posterior muerte de un bebé recién nacido generó graves momentos de tensión en los pasillos del hospital de Morón, donde los médicos de Neonatología denunciaron haber sido agredidos y amenazados de muerte por los padres.


Este hecho vuelve a poner en escena el reclamo de los profesionales para que haya mayor seguridad en los centros de salud, desde un circuito cerrado de cámaras hasta efectivos policiales, así como también un protocolo para conocer cómo accionar ante estos episodios.

Alba Congost fue la neonatóloga que estuvo a cargo del bebé durante sus horas de vida y fue también quien denunció las agresiones que sufrió junto a dos compañeras y el jefe de guardia. A una de ellas, según el relato, "la agarraron del cuello y le tiraron de los pelos", mientras que al hombre "intentaron golpearlo".

De acuerdo con el testimonio de Alba, los hechos de violencia, sucedidos el pasado 25 de mayo, comenzaron cuando "les informamos a los papás la gravedad de la situación y les comunicamos que no podía ser posible la derivación programada porque la nena no estaba apta para ser trasladada".

La médica explicó que en ese momento "la madre, que estaba internada y se dio de alta sola, me dijo: ‘Si me seguís diciendo eso, te voy a c... a trompadas’". La bebé había nacido con el peso adecuado, pero a las pocas horas empezó con dificultad respiratoria, cuadro que se fue agravando hasta la madrugada de ese mismo día, cuando falleció.

El episodio más grave se desencadenó en una de las oficinas del piso de Neonatología, donde no había cámaras de seguridad. Según el relato de la doctora, "el jefe de guardia junto a mis compañeras fueron a hablar con los padres a otro lado. Cuando le empezaron a explicar, la mujer comenzó a insultar, la agarró del cuello a una de las médicas y le tiró de los pelos. El padre intentó pegarle al jefe de guardia y se armó una trifulca".

En ese instante, agregó, "los policías intervinieron pero no hay protocolos para este tipo de acciones". La situación no terminó ahí, porque según relató Alba, "yo me asomé, la mamá me corrió, me insultó y me amenazó de muerte, por lo que una enfermera me ayudó a resguardarme en un lugar de la terapia intensiva".

"No hubo manera de contener a esos papás. Cuando salimos a dar el informe del fallecimiento, se abalanzaron para pegarnos", añadió la mujer, quien detalló que también intervinieron los abuelos de la bebé. Detrás de este hecho, el reclamo de Alba y de sus compañeros tiene que ver con la seguridad.

"Pedimos que pongan más cámaras y un protocolo de protección, porque ellos no entendían que si nos lastiman a nosotros, no podemos atender a sus hijos. También queremos un servicio de salud mental para estas situaciones desgastantes. Podemos entender lo que es la pérdida de un hijo, pero se nos hace muy difícil trabajar así", cerró Alba, quien junto a sus compañeros está pidiendo las condiciones para que no vuelvan a pasar por estos episodios de violencia.