Por Matías Resano

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Un infierno es el que padece Mabel Santa Cruz, vecina de la localidad bonaerense de Rafael Calzada y madre dos niños, quienes, según la denuncia policial que radicó la mujer, fueron destinatarios de la actitud violenta de un joven que reside en una vivienda lindera.

El sujeto les apuntó a la cabeza con un arma de fuego a los dos pequeños, sin razón alguna, razón por la cual su madre acudió a las autoridades policiales, quienes finalmente detuvieron al acusado, también vinculado con robos y otros ataques en la zona.

Sin embargo, la familia del apresado, en venganza por las denuncias, profundizó el acecho en el frente del domicilio de Mabel, quien por lo tanto analiza abandonar su hogar para proteger la vida de sus hijos.

“Vivimos en el medio de un caos desde hace diez días, cuando nos fuimos con mi marido a hacer las compras y, cuando volvimos, advertimos que uno de mis vecinos tenía una escopeta en dirección a mis dos hijos”, de 9 y 10 años, relató Santa Cruz a “Crónica”.

Por lo tanto, “decidí avisarle a la mamá de este chico, pero ella me respondió que era un arma de juguete”, agregó Mabel.

Fue por ese pedido a la progenitora del adolescente que vive en la casa lindera a la suya que este, “a los dos días, comenzó a gritarme en la calle: ‘Buchona, qué tenés que andar contando, te voy a matar’”.

En la jornada del lunes pasado, el joven continuó con los hostigamientos hacia la mujer y sus dos hijos, cuando regresaban a su domicilio. En ese instante, “sacó un arma delante de los nenes y siguió amenazándome, por eso llamé a la policía, pero la situación empeoró porque la familia comenzó a patear el portón de mi casa”.

A pesar de que el acusado fue detenido el último miércoles, a las 22 del mismo día fue liberada y “una hora después andaba a los tiros por los techos, y luego entró en la casa de un vecino para robar”, reveló la desconsolada madre de familia que es blanco de los hostigamientos de sus vecinos.

Los cuales se profundizaron tras el arresto del menor acusado, cuando familiares de aquel le exigían a Santa Cruz: “Sacá la denuncia o te prendemos fuego la casa, buchona”, agudizando la angustia de uno de los pequeños de la mujer, quien expresaba con lágrimas: “Nos van a matar, mamá, hacé algo, por favor”.

Entonces, Mabel acudió a las autoridades policiales, obteniendo una custodia provisoria que no la tranquiliza, y en consecuencia reconoce que “no podemos tener una vida normal, mi marido no va a trabajar, mis hijos tampoco al colegio y entonces no me queda otra opción que vender mi casa porque me da mucho miedo. Esta gente le prendió fuego a la casa de un vecino”.